Guille nos contó que estaba estaba grabando un reportaje sobre el cementerio que aparecía en ‘El bueno, el feo y el malo’ y que se le estaba yendo de las manos, por la cantidad de entrevistas y material que estaba consiguiendo, así que se planteaba hacer algo más grande. Tiempo después nos reunió para contarnos que el proyecto se había convertido en una película documental y que quería que nos encargásemos de la postproducción. Aceptamos encantados y trabajamos mano a mano animando los cientos de fotos, materiales de archivo, rótulos y textos informativos que aparecen en él. Maravillados con el resultado es poco. Un documental impecable que emana amor sincero por el cine. Totalmente recomendable.